"En ninguna parte alguien concedería que la ciencia y la poesía puedan estar unidas. Se olvidaron que la ciencia surgió de la poesía, y no tuvieron en cuenta que una oscilación del péndulo podría reunirlas beneficiosamente a las dos, a un nivel superior y para ventaja mutua"-Wolfgang Goethe-

jueves, 30 de agosto de 2012

La gacela científica

Hoy es uno de esos días en los que me ha dado por pensar en lo que estamos haciendo con la ciencia. Siempre hablo desde el punto de vista académico, que es el mundillo en el que me estoy moviendo. En las universidades españolas hay buena cantera científica, independientemente de lo que piensen Wert, la prensa española y el ranking de Shangai (respecto a este algún día daré opinión, de momento podéis ver también el SCIMAGO INSTITUTIONS RANKING, algo más amable con las instituciones españolas). Como decía, creo que tenemos buena cantera, pero por desgracia la falta de fondos puede ser la que ahogue los suspiros de España. Pero no son los fondos los que me traen aquí esta noche...
Una de las consecuencias de la elevada competitividad entre científicos noveles para optar a un puesto, a veces mal remunerado y con posibilidad de convertirse en un callejón sin salida es la presión por publicar. Ya dije anteriormente que se pretende tener el mayor número posible de JCRs y a veces publicaciones sin más. Por lo tanto, se pretende publicar casi cualquier cosa. Ya Philip Campbell, director de Nature, anda preocupado el hombre por haber detectado mucha presión por publicar entre jóvenes investigadores. La presión por publicar daña a la calidad científica (Dr. Fanelli dixit y la Comunidad Europea es consciente de ello). La gente joven y no tan joven, en aras de mejorar su curriculum, obtener proyectos y algo de reconocimiento académico intenta publicar sin parar.
A veces se lanzan trabajos incompletos, duplicidades (he visto papers donde solo cambia el título) y experimentos fallidos. En cuanto a trabajos mal enfocados, mal acabados y con poco rigor, la revisión por pares es la última frontera. Por eso es importante que los revisores sean honestos y vigilantes de que la calidad científica no sea ultrajada.
¿Y si tu trabajo no es bueno, puedes publicarlo? Por desgracia sí, existe en el mercado libre de la World Wide Web una serie de, como las llama Jeffrey Breall, un bibliotecario de Colorado, predatoy journals, que se lo tragan todo. Una de ellas UNAIS (de Unpublished Articles in Science), como denuncia en su blog Nicolás Robinson (Universidad de Granada), acepta publicar artículos inacabados y rechazados en otras revistas. Señores, esto si que es publicar mierda. Me río yo de los artículos "superfluos" que diría el profesor Ginés Mora.
Veo al joven estudiante de doctorado como una tierna gacela y al editor agazapado en la sabana esperando hincar el diente a su presa. Por favor, si eres joven o incauto, lee la guía de detección de Mr Breall, que enlazo dos veces para facilitar que la encuentres.
Ya veréis el descojone cuando empiecen a llegar trabajos de estos a las comisiones de contratación (si alguna vez las vuelve a haber).

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