Hoy entono el mea culpa por no haber mencionado nunca con anterioridad la existencia de una tabla periódica con elementos de verdad, en su estado de oxidación 0, que se encuentra en la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla. Bueno, realmente hay 83 de los elementos (creo haber contado), pues los radiactivos o extremadamente inestables no están presentes. Para los ausentes se incluyen fotografías. También hay anotaciones sobre sus descubridores, además de la información básica esperable en cualquier tabla periódica.
Imagen de la Tabla Periódica de los Elementos de la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla. Fuente: Intranet de descargas de la facultad |
La colección de elementos de esta tabla se reunió por iniciativa de Luis Javier Sánchez Fernández, Investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) adscrito por convenio al Departamento de Química Inorgánica de la Universidad de Sevilla, en cuyo pasillo principal se encuentra esta joya. Entre los donantes hay una lista amplia de profesores de la facultad y algunas empresas. Como la fotografía no tiene buena resolución, os recomiendo que visitéis la página web del Catedrático Agustín Galindo del Pozo, adscrito al mismo departamento. En ella podréis ver fotografías ampliadas de los elementos, en los casos en los que ha sido posible. Por ejemplo, para que no creáis que hay engaño, oxígeno y xenón se ven líquidos tras enfriarlos con nitrógeno líquido. Pero sin duda lo que realmente merece a pena es ir a verla de verdad.
Como curiosidad, ¿Sabéis el descubrimiento de qué elementos se atribuyen a españoles [1, 2]?
El platino se descubrió en 1735 por el matemático Antonio de Ulloa y del Torre Guiral en Perú. Pero fue purificado en 1750 por el físico William Brownrigg.
El vanadio se atribuye al sueco Nils-Gabriel Sefstrom en 1830, quien halló su oxido. Realmente fue un descubrimiento del mineralogista y químico español Andrés Manuel del Río y Fernández en 1801, llamando al elemento eritronio. Del Río pensó que se había equivocado en su análisis del mineral, suponiendo que lo que contenía era cromo, pero en 1831 Friedrich Wöhler confirmó que en realidad era vanadio. El metal fue aislado por primera vez por el inglés Henry Enfield Roscoe en 1869.
El wolframio fue aislado por primera vez por los hermanos riojanos Fausto y Juan José Elhuyar en 1872 a partir de sales de hierro y manganeso de un ácido, ácido que consiguieron reducir con carburo hasta obtener el elemento. Lo llamaron wolframio en honor al mineral del que lo habían obtenido, la wolframita. Fueron los primeros en publicar el descubrimiento y análisis del elemento. Pero por poco podría haber sido descubierto por el sueco Carl Wilhelm Scheele, que predijo la existencia del elemento en un mineral de calcio, denominada por él mismo Scheelita, que era wolframato de calcio. El mineral se conocía anteriormente con el nombre de tungstita, de ahí que el elemento se denomine también tungsteno. La IUPAC mantuvo el símbolo W pero el nombre que usa es tungsteno. Yo lo seguiré llamando wolframio, o como se escribiría en el español de aquella época, volframio .
El vanadio se atribuye al sueco Nils-Gabriel Sefstrom en 1830, quien halló su oxido. Realmente fue un descubrimiento del mineralogista y químico español Andrés Manuel del Río y Fernández en 1801, llamando al elemento eritronio. Del Río pensó que se había equivocado en su análisis del mineral, suponiendo que lo que contenía era cromo, pero en 1831 Friedrich Wöhler confirmó que en realidad era vanadio. El metal fue aislado por primera vez por el inglés Henry Enfield Roscoe en 1869.
El wolframio fue aislado por primera vez por los hermanos riojanos Fausto y Juan José Elhuyar en 1872 a partir de sales de hierro y manganeso de un ácido, ácido que consiguieron reducir con carburo hasta obtener el elemento. Lo llamaron wolframio en honor al mineral del que lo habían obtenido, la wolframita. Fueron los primeros en publicar el descubrimiento y análisis del elemento. Pero por poco podría haber sido descubierto por el sueco Carl Wilhelm Scheele, que predijo la existencia del elemento en un mineral de calcio, denominada por él mismo Scheelita, que era wolframato de calcio. El mineral se conocía anteriormente con el nombre de tungstita, de ahí que el elemento se denomine también tungsteno. La IUPAC mantuvo el símbolo W pero el nombre que usa es tungsteno. Yo lo seguiré llamando wolframio, o como se escribiría en el español de aquella época, volframio .
[1] Soledad Esteban, La Historia del Sistema Periódico, Editorial UNED, 2010
[2] Norman E. Holden, History of the Origin of the Chemical Elements and Their Discoverers, Document BNL-NCS-68350-01/10-REV prepared for the 41st IUPAC General assembly, 2001.
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